Finalmente la rara enfermedad que sufría Charlie Gard llegó a un punto de «no retorno», como comunicaron sus padres al anunciar que la enfermedad tan avanzada impedía ninguna posibilidad de tratamiento experimental para Charlie, y que acompañarían a su hijo en su proceso final sin medidas fútiles.
El Profesor Justo Aznar, desde el respeto y el cariño merecidos por Charlie y sus padres, por su dignidad y su sufrimiento, ofrece en el Observatoria de Bioética, una reflexión ética sobre la actuación de todos los que han participado en el seguimiento de Charlie, que hoy cumpliría un año.